Existen determinadas profesiones que están reguladas legalmente para que no se puedan ejercer sin la posesión de un “certificado” obtenido mediante una formación previa obligatoria.
La necesidad de esta formación previa radica en que muchas ocupaciones requieren respetar algunas normas de seguridad, higiene y conocimientos muy específicos que, si no se acreditan, el ejercicio de ellas podría causar graves prejuicios en la sociedad.
Por ello las Administraciones Públicas para asegurar que los trabajadores de dichas profesiones están bien cualificados, establecen los “certificados profesionales”, más conocidos como “carnés profesionales”.
Ejemplos de estas acreditaciones son:
- Certificados de Cualificación Industrial: habilitan para ejercer profesiones para el diseño, ejecución y mantenimiento de instalaciones industriales.
- Carnés de aplicador de plaguicidas en el ámbito agrario.
- Carnés de manipulador de alimentos en el ámbito de la salud.
- Carnés de manejo de grúas en la construcción.
- Etc.
Aunque muchos de estos certificados están relacionados con determinados Ciclos de Formación Profesional o de Certificados de Profesionalidad, aunque también se pueden obtener de forma independiente. La diferencia está en que los estudios de FP y los Certificados de Profesionalidad proporcionan una formación académica global para obtener una profesión, mientras que los carnés son acreditaciones de conocimientos muy concretos que son necesarios para desempeñar dichas profesiones.
Por ejemplo, el Certificado de Profesionalidad “Operaciones básicas de cocina” proporciona una formación académica para ser ayudante de cocina, sin embargo el “carné de manipulador de alimentos” sólo habilita para poder utilizar alimentos, no para cocinar.
Debido a la necesidad de estos carnés profesionales, existen numerosos Centros de Formación especializados en ellos.
Las principales áreas de formación y sus cursos más interesantes son:
