La digitalización es un pilar esencial para el crecimiento de las empresas y la mejora de la competitividad en el mercado actual. Para que los trabajadores puedan estar al día con los avances tecnológicos, la formación continua en competencias digitales es indispensable. Fundae ha publicado un informe donde analiza la situación actual de la formación en digitalización. En este artículo comentamos los aspectos más importantes.
El uso de internet en España es prácticamente universal. Más del 94% de las personas de entre 16 y 74 años utilizó internet en los últimos tres meses. Aunque no existen diferencias significativas por género, sí se observan diferencias por edad y nivel educativo. Las personas más jóvenes (16-24 años) son las que más usan internet diariamente, mientras que el porcentaje de uso cae entre las personas mayores de 55 años.
Formación Programada por las Empresas
Más del 9% de los participantes en la formación programada por las empresas se forman en acciones relacionadas con la digitalización, lo que se traduce en aproximadamente 8 millones de horas de formación, con una media de 17 horas por participante. Este tipo de formación es clave para la mejora de la competitividad de las empresas y la actualización de competencias tecnológicas de sus empleados.
Cerca del 60% de los participantes en acciones de digitalización tiene estudios superiores, más de 20 puntos por encima del promedio de participantes en todas las formaciones programadas. Y respecto a la categoría profesional, directivos, mandos intermedios y técnicos son los que más se forman en competencias digitales. La formación en estos niveles profesionales es clave para gestionar la transformación digital en las empresas.
El sector «Otros servicios», que incluye sanidad, transporte, educación, actividades financieras y administrativas, es el que concentra el mayor número de participantes, con un 68% del total. En contraste, sectores como la agricultura (0,6%) y la construcción presentan una menor proporción de participantes, aunque en estos sectores, la formación tiende a ser más larga.
Formación Subvencionada
La formación subvencionada por Fundae es otra vía crucial para la adquisición de competencias digitales. Aproximadamente un 43% de los participantes en formación subvencionada realizaron cursos relacionados con la digitalización, con una duración media significativamente más alta que la media general de acciones formativas.
En las acciones de formación subvencionada, las mujeres representaron el 53,9% de los participantes, lo que supone una mayor proporción que en la formación programada por las empresas. La teleformación (online) es la modalidad más popular, con el 82% de los participantes formándose a través de este método, frente a un 13% en formación presencia.
Al igual que en la formación programada, el sector «Otros servicios» es el que tiene una mayor concentración de participantes. Sin embargo, en la formación subvencionada, el sector de la construcción y la agricultura tienen un peso algo mayor en comparación con la formación programada.
Análisis crítico
La formación bonificada o programada por las empresas en el ámbito de la digitalización, aunque esencial para el desarrollo de competencias tecnológicas, presenta algunos retos. Los sectores con menor digitalización, como la agricultura y la construcción, cuentan con escasa representación, lo que refleja la necesidad de una mayor cobertura sectorial. Es crucial fomentar una mayor participación de empresas de estos sectores, ampliando las bonificaciones para formaciones más prolongadas y técnicas, además de incentivar la creación de planes formativos que se adapten a sus necesidades tecnológicas y las relacionadas con la Inteligencia Artificial.
En cuanto a la formación subvencionada, la teleformación, aunque efectiva para la flexibilidad, podría beneficiarse de una mayor interacción o complementariedad presencial o mixta, para garantizar que las competencias digitales adquiridas sean más aplicables y específicas. Sería beneficioso promover formaciones prácticas en entornos de trabajo reales, junto con evaluaciones más exhaustivas para medir el impacto real de estas competencias adquiridas en el desempeño laboral.
Una propuesta de mejora para ambas modalidades es reforzar la relación entre la oferta formativa y las demandas reales del mercado laboral, asegurando que los contenidos formativos estén actualizados y adaptados a las necesidades tecnológicas de cada sector. Además, se debería priorizar la participación de colectivos menos representados, como los trabajadores de baja cualificación, con formaciones más accesibles. Esto reduciría las brechas tecnológicas y aumentaría la productividad y competitividad en sectores tradicionalmente menos digitalizados.