Según el Foro Económico Mundial y diversos estudios sectoriales, las habilidades tecnológicas—como IA, big data y ciberseguridad—se han situado entre las más demandadas, junto a las competencias digitales básicas y avanzadas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se ha lanzado una convocatoria para formar a más de 78 000 profesionales en competencias digitales, financiada por fondos Next Generation EU, con un enfoque práctico en aplicaciones móviles para la salud y la gestión.
La incorporación de la IA en plataformas de e-learning permite diseñar itinerarios formativos adaptados al perfil de cada participante: análisis de brechas de conocimiento, recomendaciones de contenidos y evaluación automática de resultados. Empresas líderes como Telefónica y Repsol ya utilizan soluciones basadas en Copilot de Microsoft para construir planes de aprendizaje individualizados, fomentando además la “desaprendizaje” de prácticas obsoletas y el desarrollo de espacios seguros de experimentación. LinkedIn prevé que, en 2025, estas plataformas serán capaces de predecir necesidades formativas y recomendar recursos en tiempo real, mejorando la retención y la eficacia del aprendizaje.
Formación basada en competencias y recualificación.
La Educación Basada en Competencias (EBC) se ha consolidado como metodología eficaz para enseñar habilidades directamente aplicables al puesto de trabajo. Desde proyectos de robótica y eSports hasta simulaciones virtuales, esta aproximación permite “practicar” situaciones reales, desarrollando pensamiento crítico, liderazgo bajo presión y resolución de problemas complejos.. Asimismo, la recualificación o reskilling se ha convertido en obligación ineludible ante la obsolescencia tecnológica: es preciso reciclar y actualizar conocimientos para evitar la brecha de talento que, según datos de Deloitte, afectará a millones de trabajadores en Europa y América Latina durante la próxima década.
Claves para la implementación en RRHH.
- Detección de necesidades formativas
- Realizar análisis periódicos de competencias: encuestas internas, evaluaciones 360º y revisión de objetivos estratégicos.
- Emplear analítica de datos e IA para identificar brechas y predecir futuras necesidades.
- Diseño de itinerarios personalizados
- Combinar formación presencial, online y blended, aprovechando los beneficios de cada modalidad.
- Integrar módulos de micro-learning y “just-in-time” training para reforzar conocimientos en el momento de la necesidad.
- Gestión de la bonificación y el cumplimiento normativo
- Asegurar que todas las acciones formativas cumplan con los requisitos de calidad de la Ley 30/2015 y los criterios administrativos del RD 694/2017: planificaciones detalladas, cumplimentación de anexos y registro del alumnado.
- Optimizar la carga administrativa mediante plataformas de gestión de formación bonificada, garantizando la trazabilidad y la rendición de cuentas.
- Evaluación del impacto
La convergencia entre nuevas tecnologías, IA y metodologías innovadoras sitúa la formación bonificada como eje transformador en la estrategia de RRHH. Aprovechar este contexto exige un enfoque integrado: comprender el marco normativo de la Ley 30/2015 y el RD 694/2017, incorporar soluciones de IA para la personalización y apostar por la formación basada en competencias y la recualificación continua. De este modo, las empresas no solo cumplirán con sus obligaciones legales y optimizarán sus recursos, sino que potenciarán el talento interno y asegurarán su posición competitiva a largo plazo.