El Sistema de Formación Profesional para el Empleo en España: Evolución histórica

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El Sistema de Formación Profesional para el Empleo en España desde su establecimiento en 1992, ha evolucionado integrando diversas perspectivas gubernamentales y sociales con el objetivo de fortalecer la empleabilidad y productividad de la fuerza laboral. Indicamos la evolución histórica del sistema, su impacto socioeconómico, así como la estructura que actualmente lo conforma.

Origen y desarrollo del Sistema de Formación Profesional para el Empleo

El sistema se gestó en un contexto de baja inversión en formación continua, caracterizado por una limitada participación empresarial en la capacitación de los empleados. A comienzos de los años 90, la formación continua en España era una actividad residual, circunscrita principalmente a las grandes empresas, que dedicaban apenas un 0,2% de sus costes laborales a este ámbito, una cifra sustancialmente inferior al promedio del 1,5% en otros países europeos. En este contexto, en 1992 se firmaron los primeros Acuerdos Nacionales de Formación Continua, que marcaron el comienzo de un proyecto ambicioso destinado a democratizar el acceso a la formación y mejorar las competencias laborales de los trabajadores españoles.

En la primera fase de implementación, el sistema se estructuró a través de dos tipos de acuerdos fundamentales:

  • Acuerdo Bipartito: Este acuerdo fue suscrito entre las organizaciones empresariales (CEOE y CEPYME) y los sindicatos (CCOO, UGT y CIG), y condujo a la creación de la Fundación para la Formación Continua (FORCEM) en 1993. FORCEM fue la entidad encargada de gestionar las ayudas para la formación de empresas y trabajadores, y se distinguió por su estructura bipartita, en la cual participaban exclusivamente los firmantes del acuerdo. La creación de FORCEM facilitó la gestión de recursos para la formación, y también fomentó una colaboración más directa entre los principales actores del sistema productivo.
  • Acuerdo Tripartito: Este acuerdo incorporó al Gobierno en el proceso, junto con las organizaciones empresariales y sindicales, sentando así las bases para una financiación compartida del sistema de formación. La participación del Gobierno aportó una dimensión reguladora y de respaldo financiero que garantizó la sostenibilidad del sistema y aseguró que los beneficios de la formación continua llegaran a todos los niveles de la fuerza laboral, incluyendo a aquellos sectores menos favorecidos.

Transformación: De FORCEM a la Fundación Tripartita y Fundae

A medida que el sistema evolucionaba, los acuerdos fueron renovándose y ampliando su ámbito de acción, lo cual fue fundamental para responder a las cambiantes necesidades del mercado laboral y de los trabajadores. En el año 2001, se produjo un cambio significativo en la gobernanza del sistema con la incorporación del Ministerio de Trabajo a través del SEPE. Este cambio estructural conllevó la creación de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, que absorbía a FORCEM y ampliaba la participación institucional en la gestión del sistema, otorgándole una mayor cohesión y una visión más integrada.

La Fundación Tripartita consolidó la estructura administrativa y organizativa del sistema, y permitió una mejor planificación de los recursos disponibles para la formación. Esta estructura favoreció la inclusión de un número creciente de pequeñas y medianas empresas (PYMES), que tradicionalmente habían estado al margen de estos programas de capacitación. A través de la Fundación Tripartita, se generaron iniciativas específicas que facilitaron a las PYMES acceder a la formación subvencionada, ampliando el alcance y la equidad del sistema.

En 2006, los IV Acuerdos Nacionales de Formación impulsaron la integración de los dos subsistemas preexistentes: la formación ocupacional, orientada a los desempleados, y la formación continua, destinada a los trabajadores ocupados. Esta integración resultó esencial para estructurar un sistema coherente que respondiera a las necesidades de toda la población activa. El Real Decreto 395/2007 oficializó dicha integración, constituyendo formalmente el Subsistema de Formación para el Empleo, que consolidaba las diferentes iniciativas en un marco único y coherente. Esta integración fue un hito relevante, ya que permitió la optimización de recursos y la eliminación de solapamientos, facilitando un enfoque más eficaz y equitativo.

Reforma de 2015 y el establecimiento de Fundae

La reforma más reciente se produjo con la promulgación de la Ley 30/2015, que reguló de manera integral el Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral. Esta ley reforzó la estructura del sistema y también implicó la transformación de la Fundación Tripartita en la actual Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae). En su nueva configuración como fundación estatal, Fundae está sometida a la Ley 50/2002 de Fundaciones, lo que garantiza una representación mayoritaria de la Administración General del Estado en su Patronato.

La creación de Fundae supuso también una mejora significativa en la supervisión y fiscalización de los recursos dedicados a la formación, asegurando así que los fondos públicos fueran utilizados de manera adecuada y cumplieran con sus objetivos. Fundae ha desarrollado sistemas de evaluación que permiten medir el impacto de los programas de formación en la empleabilidad de los trabajadores. Además, Fundae ha trabajado en la digitalización de los procesos formativos, impulsando plataformas virtuales que permiten un acceso más flexible y universal a los cursos ofrecidos.

Impacto Socioeconómico de la Formación Continua

La implementación de los diversos acuerdos y normativas ha tenido un impacto socioeconómico profundo en la formación de los trabajadores en España. A lo largo de las últimas tres décadas, más de 4,5 millones de trabajadores han participado en cursos de formación subvencionados, contribuyendo significativamente a la mejora de sus competencias y cualificaciones. Este incremento en la cualificación laboral ha tenido efectos positivos tanto en la productividad empresarial como en la adaptabilidad de la fuerza laboral a los continuos cambios tecnológicos y organizacionales.

Un aspecto crucial del impacto socioeconómico es cómo la formación continua ha permitido a sectores tradicionalmente vulnerables, como los trabajadores mayores de 45 años y los empleados con baja cualificación, mejorar su situación laboral. Mediante el acceso a programas de capacitación, estos colectivos han podido adquirir habilidades en áreas con alta demanda, como la tecnología digital y la gestión de proyectos.

La colaboración entre los agentes sociales y el Gobierno ha sido un factor decisivo para el éxito del sistema, al permitir una alineación efectiva entre las necesidades formativas del tejido productivo y los objetivos de desarrollo profesional de los trabajadores. La formación profesional para el empleo ha permitido también fomentar la innovación dentro de las empresas, al promover la adopción de nuevas tecnologías y metodologías de trabajo, lo cual ha incrementado la competitividad en sectores clave de la economía.

Estructura normativa y vigencia de los Acuerdos

El Sistema de Formación Profesional para el Empleo se sostiene en una serie de acuerdos y normativas que han guiado su evolución y configuración a lo largo de los años. Estos acuerdos han definido los lineamientos específicos de la formación, y han establecido los mecanismos de financiación, los criterios de gestión y los sistemas de evaluación de impacto que se aplican a los programas de formación. A continuación, se presenta una tabla resumen de los principales acuerdos y normativas:

Acuerdo/NormativaPeriodo de VigenciaDenominación Social
I Acuerdo Tripartito en Formación Continua1993-1996Fundación para la Formación Continua (FORCEM)
I Acuerdo Nacional sobre Formación Profesional Continua1992-1996
II Acuerdo Tripartito en Formación Continua1997-2000
III Acuerdo Tripartito en Formación Continua2001-2004Fundación Tripartita para la Formación Empleo
Real Decreto 1046/20032004-2007
IV Acuerdo Nacional de Formación2006-actualidad
Real Decreto 395/20072007 (Parcial en vigor)Subsistema de Formación para el Empleo
Ley 30/20152015-actualidadFundación Estatal para la Formación Empleo (Fundae)

Resumen final

El Sistema de Formación Profesional para el Empleo en España ha experimentado una evolución notable desde su creación, adaptándose a los cambios y demandas del mercado laboral mediante la colaboración constante entre el Gobierno, las organizaciones empresariales y los sindicatos. La Fundae, como fundación estatal, desempeña un papel en la implementación y gestión del sistema, intentando garantizar la accesibilidad y calidad de la formación ofertada. Este enfoque estructurado y colaborativo ha permitido que millones de trabajadores españoles mejoren sus competencias, aumentando así su empleabilidad y contribuyendo al desarrollo socioeconómico del país.

La formación continua se erige, por tanto, como una herramienta indispensable para el crecimiento personal y profesional de los individuos, y el avance y la cohesión del conjunto de la sociedad. La capacidad del sistema para adaptarse a las nuevas tecnologías y para responder a los desafíos emergentes del mercado laboral será determinante para asegurar su eficacia en el futuro. Con la creciente automatización y digitalización de la economía, el compromiso con la formación continua será clave para asegurar que los trabajadores cuenten con las habilidades necesarias para enfrentar estos cambios.