La Formación a distancia es la primera forma de aprendizaje que surgió en la que los alumnos y los docentes estaban separados físicamente. En esta modalidad la comunicación bidireccional docente-alumno o alumno-alumno está basada fundamentalmente en tecnología tradicional (teléfono, correo postal, fax, etc.) El papel de los recursos didácticos es importante, siendo fundamentalmente en formato papel, aunque también se hace uso de soportes multimedia como vídeos, casetes, CDs, etc.
Es una modalidad que potencia el aprendizaje autónomo del alumno, al tener libertad a la hora de organizar su trabajo con el material escrito que recibe. A groso modo el funcionamiento de la formación a distancia consistía en que el centro de estudios enviaba al alumno, normalmente por correo postal o mensajero, el material de estudio consistente en un manual dirigido al autoaprendizaje con ejercicios prácticos y pruebas de evaluación, y posteriormente el alumno devolvía los ejercicios resueltos. Los centros de formación incluían servicios de apoyo adicionales, como por ejemplo la posibilidad de llamar por teléfono o por email mediante un tutor personal para resolver sus dudas.
Posteriormente el envío de material se fue adaptado de modo que en vez de ir en papel se ha enviado en vídeos, DVD, CDROM, archivos mediante correo electrónico o incluso descargándose el alumno directamente el material de una página web. En la formación a distancia tradicional, también conocida originalmente como “formación por correspondencia”, el tutor se limita a resolver dudas, orientar, aportar material adicional y a corregir las pruebas de evaluación del alumno, el cual realiza un trabajo muy autónomo y autodidacta.
Un modelo distinto a la Formación a Distancia es la Formación Presencial, que es la modalidad tradicional en el mundo de la educación. Se caracteriza principalmente por un contacto directo entre los formadores y los alumnos, al estar situados en el mismo lugar físico (aula o taller). Las características fundamentales de la formación presencial son la de estar todos en el mismo espacio, la importancia de la comunicación verbal y no verbal, el feeback completo, o la existencia de una relación directa entre los participantes posibilitando el conocimiento personal.
La realización de un curso presencial implica la planificación de la acción formativa a través de sesiones, una temporalización rígida en función de horas totales, un único ritmo de aprendizaje para todos los participantes, coincidencia en el espacio y en el tiempo, número reducido de participantes por sesión, utilización de recursos y medios didácticos, y la existencia de costes indirectos de la formación como el gasto en desplazamiento, las horas de no producción de los alumnos, o el pago de horas extras si la formación se realiza fuera del horario laboral, etc.
La formación presencial bonificada se caracteriza por la coincidencia en tiempo y espacio entre formadores y participantes. La modalidad permite la interacción directa y continua en el proceso de enseñanza aprendizaje, tanto entre el profesor y el alumno como entre el conjunto de participantes. Los cursos presenciales se imparten en aulas, talleres o instalaciones apropiadas, con la disposición de medios didácticos y materiales necesarios, según el programa formativo. Los grupos serán de 30 participantes como máximo, registrándose la asistencia al curso mediante los controles de asistencia (hojas de firmas), por sesión.
Un sistema también considerado Formación Presencial es la Formación Incompany, que consiste en una enseñanza dirigida a una empresa concreta, teniendo en cuenta sus necesidades y características. Gracias a este tipo de formación, se pueden preparar a los trabajadores en áreas concretas con un programa específico para la empresa y en el horario y ubicación que le convengan. Normalmente en vez de ir los trabajadores a formarse a un centro externo, el equipo docente se desplaza al lugar de trabajo junto con todos los medios necesarios para impartir la materia correspondiente.
Cualquier tipo de empresa puede necesitar un proyecto Incompany aunque tradicionalmente las que más lo demandan son las de tamaño medio y grande, pero para la pequeña empresa esta formación es una modalidad ideal para que sus empleados aprendan nuevas materias y habilidades. El sistema no tiene por qué tener un coste superior al de una formación tradicional, los contenidos se adaptan a las necesidades formativas de la empresa, se utiliza un formato participativo y contenidos prácticos. Por ello, en esta modalidad el contenido de formación que se imparte es específico para la empresa, es cómodo por no tener que desplazarse, y existe un contacto directo del formador con los empleados.
Es una fórmula para incentivar a los participantes a desarrollar sus capacidades y renovarse con el objetivo de prosperar en la empresa y en su vida laboral. Cada vez más, las empresas aportan la formación como beneficio social a sus trabajadores, estos se sienten más valorados y motivados cuando obtienen nuevos conocimientos, lo cual se traduce en una mejor productividad.
La mezcla de modalidad hace que surja la Formación Mixta, Semipresencial o Blended Learning, que es distribuida en sesiones presenciales y en sesiones a distancia convencional u online. Cuando la parte no presencial se realiza online, mediante una plataforma virtual, se denomina Blended Learning o BLearning. En la formación mixta se establece un número mínimo de contactos presenciales entre el alumnado y el equipo docente a lo largo del curso. Mientras no se produzca un mayor desarrollo de la tecnología basada en simuladores, es necesario sesiones presenciales para explicar habilidades que de otro modo sería imposible realizarlo online.
El blended learning es una modalidad mixta donde se combina la modalidad presencial y online, y está especialmente recomendada para cursos de larga duración. Suele ser la formación efectiva ya que suma las ventajas de ambas modalidades. De hecho dentro de la Formación Profesional para el Empleo no todas las acciones formativas pueden impartirse online, existen muchas que deben ser presenciales o bien impartirse en modalidad semipresencial. En Formación Bonificada, se entiende que un curso es modalidad mixta o semipresencial, si es impartido en las dos modalidades (presencial y teleformación), cuya parte presencial es superior al 20% de la duración total de la acción formativa.
Las acciones de modalidad mixta, cuya parte presencial sea igual o inferior al 20%, se considera como teleformación u online. La parte de teleformación (también llamada elearning, formación online, virtual, etc) se debe desarrollar mediante una plataforma de formación que posibilite la interactividad de participantes, tutores y recursos localizados en diferentes lugares. Esas horas online deben disponer de registros de interacción, tanto de la asistencia tutorial como de los controles de aprendizaje, y un seguimiento del proceso formativo de los alumnos.